Nuevo piloto y nueva alegría en la Escuela de Ultraligeros, tanto para alumno como para los instructores.
Nuestro socio y ya piloto, Jorge, ha conseguido superar el examen práctico con Santi, examinador con un perfil exigente con la seguridad como debe ser.
Nos contaba Jorge, reciente padre, y con pocas horas de sueño, que abría los ojos el día del examen a las 4 de la madrugada, con poco más de 3 horas de sueño, y el cuerpo ya le dirigía a no volverse a acostar. Era un día importante y podía empezar a revisar y recordar datos del día y examen. Con su hija ya en brazos, y revisando con Windy la meteo para ese día. De paso, volviendo a ver vídeos de tipo examen que el examinador, y a la vez instructor en Alcocer, tiene colgados en Youtube, «los podría redactar al dedillo sin verlos», y que hacen que puedas tener una cercanía a la situación. Estas maniobras no sólo son requerimientos de AESA sino una parte muy importante de nuestra formación y seguridad en el aire.
Se le está haciendo el día largo ya empezando. Pasan las horas y está ya cansado de volar con la mente, con vídeos y quiere que se acerque la hora del examen. Llegan las 9:30 y ya no aguanta más y se va al aeródromo. Coge documentación, cascos y una bolsa llena de suerte (como define el propio Jorge). Viene al caso recordar que la documentación siempre debemos llevarla encima: camet de alumno piloto, o licencia de piloto una vez obtenida, y certificado médico en vigo.
Llegando al aeródromo, Jorge se encuentra con el súper controlador, Lorenzo. Le alegra la mañana con sus bromas: » ¿Donde vas? El examinador no llega hasta las 19:00 horas de la tarde». Como siempre, el primer impulso es creerle, pero al cabo de un segundo te das cuenta que es el súper bromeador de siempre. Después de este lapsus, sigue hacia el avión y empieza con las prevuelos interiores y exteriores, antes de que lleguen incluso instructor y examinador, para irse relajando. Es natural terner nervios, pero lo importante es controlarlos y que no estropeen un día fabuloso. Hay que seguir haciendo lo que ya sabemos hacer, ¡volar!
Llegado el momento, Santi se presenta. Persona agradable y cercana. Preparan el vuelo, le cuenta por encima maniobras que van a realizar y que él mismo irá pidiendo, y le hace una serie de preguntas en tierra como meteo, espacio aéreo y sobre el motor. La cosa parece fluir y parece que los nervios van desapareciendo, o eso parece. Ponen en marcha el avión y, despues de los prodecimientos obligatorios, se van al aire. En ese momento nota Jorge que le salen un poco los nervios porque maniobras perfectamente ejecutadas durante la instrucción, vuelven a no ser tan perfectas como quisiera.
La maniobra con la que se empieza el examen suele ser un despegue y una toma, a partir de lo cual el examinador ya empieza a valorar el nivel del alumno y la seguridad. Las siguientes ya en el aire, suelen ser los virajes de 360º, vuelo recto y nivelado, vuelo lento incluso rozando la pérdida y sabiéndola identificar, varios giros de 45º con full flaps y las últimas suelen ser las de emergencia o parada de motor. Todas estas maniobras se deben hacer con exhaustiva seguridad. Importántisimo para el examen y para el resto de carrera de piloto.
Al final del examen práctico, Santi hace un de-briefing para comentar los puntos fuertes y débiles que ha observado durante el examen, recomendando con independencia del aprobado o suspenso, las maniobras que debería practicar con más empeño.
Lo esencial es recordar que un piloto siempre esta aprendiendo y que es bueno tener mínimo cada año sesiones con un instructor de recordatorio de operaciones que hacemos menos habituales.
Como conclusión diremos que todo buen entrenamiento, acaba en un buen resultado y en este caso:
¡APTO de JORGE! ¡FELICIDADES Y NOS VEMOS EN VUELO!
Jorge, ahora ya sólo queda que descanses en tus últimos días de paternidad.