El viernes pasado tuvimos una nueva suelta, la de David, alumno de Martín, de la escuela de ultraligeros del Aeroclub de Castellón.
La realidad es que David ya se lo esperaba porque la semana anterior Martin le había comentado que estaba listo para ello y era cuestión de esperar el día para hacerlo con seguridad.
Los instructores, además de revisar con el alumno los conceptos básicos de seguridad y las importantes maniobras de aterrizaje, despegue y emergencia, consideran unas buenas condiciones meteorológicas para ir al aire solo por primera vez con un poco de tranquilidad. Suele ser un momento mágico, indescriptible, de libertad y de disfrutar cada segundo.
David, además, estaba súper orgulloso de haberlo conseguido con 9 horas de vuelo y por otro lado y como él decía textualmente «un poco abrumado por la responsabilidad y la seriedad del momento, pero con la confianza de todas las clases impartidas con Martín y del avance que había ido realizando«.
Un tema importante que destacamos en este artículo ya que es un hecho destacable es que cuando te vas a volar solo, sin instructor, empiezas a ver «que el peso si importa» para distintas fases del vuelo y básicamente para la aproximación y el aterrizaje. Y lo más importante de todo esto es que tienes que saber volar en multitud de circunstancias, con depósitos llenos o medio, con acompañante o no. De ahí que veremos que muchos pilotos de competición se buscan un acompañante de un peso aproximado para poder hacer los entrenos cuando el copiloto que volará con él no puede realizar los entrenos. Como conclusión, decir que un buen «motor al aire» es la mejor estrategia cuando no se ve claro el aterrizaje, aunque lógicamente hay que darse cuenta de los parámetros configurados en exceso y defecto e intentar corregirlos para la siguiente.
A David, lo de volar le viene ya de muy joven ya que siempre ha sido un sueño para él, su profesión frustrada. En su habitación con 14 años tenía un inmenso poster de la cabina de un 747 y ya jugaba en aquel entonces a que llevaba ese aparato. Gracias a un compañero que le comentó de hacer el curso de ultraligero se acercó a las instalaciones del Aeroclub de Castellón y en poco tiempo pudo ver cómo empezaba a ver su sueño hecho realidad, su primera toma de contacto con Martín y el P92, EC-EN1.
Después de unas pocas clases prácticas y de verse preparado con la teoría, podemos decir que ha superado el teórico con notaza. Como no podía ser de otra forma, la opinión de David fue «me ha resultado bastante sencillo». La verdad es que se había machacado a estudiar con la plataforma online, con tests y ayudando a otra futura piloto con sus dudas.
Según David, el siguiente paso que podría ser la travesía, se la ha estado preparando para poderla ver con Martín, Olocau ó Ulldecona, pronto lo sabremos.
Ahora David, recuerda, que un piloto siempre está aprendiendo. No por mucho correr, se llega antes.